Arreglos musicales: Manuel Marvizón
Guitarras:Manuel Franco
Bajo: Bruno Marvizón
Percusión: Juan Ruiz
Batería:Juan Oliva
Trompeta: Guillermo Fernández
Trombón: José Punta y Manuel Hidalgo
Cuerda: Orquesta de cámara Filarmónica de Sevilla
Flauta: José Luis G. Velazquez
Palillos: Mª José Peso y Leonor Caballos
Diseño: Pablo Domínguez
Ingeniero de sonido: J. Mª Marvizón
Coordinación técnica: Abelardo Jiménez
Grabado en: Alfaguara Estudios (Sevilla)
Fotografía: Alberto Matey
Una producción EDICIONES SENADOR
dirigida y realizada por Manuel Marvizón
LETRAS:
EL DINERO
I
Ya no hay más dios que el dinero,
esa es la triste verdad,
mira, en qué absurdos senderos
camina la humanidad…
II
Con él se compra el silencio,
por él, se llega a matar,
todos tenemos un precio
al brillo de ese metal...
III
Ya no hay más dios que el dinero
ni más razón que el poder,
mientras que pueblos enteros
pueden desaparecer...
Estribillo
IV
Con él se compran razones
tratando justificar
el fin de las ilusiones
de los que no tienen “ná”...
Estribillo:
Dinero,
maldito sea el dinero,
maldito el que lo inventó,
que por dinero, los hombres
hasta vendieron a Dios.
LOS RINCONES DE MIS SUEÑOS
I
Por los rincones del sueño
¡ay, mis sueños!
siempre te vuelvo a encontrar
lo de olvidarte es mentira
lo del sueño la verdad.
En otros brazos me duermo
y da la casualidad
que en los rincones del sueño
¡ay, mis sueños!
tú me vienes a buscar
II
Me despierto con tu beso
¡ay, tu beso!
Y encuentro la “madrugá”
que donde estaba tu cuerpo
hay amarga soledad.
Te borré de los recuerdos
a fuerza de no pensar
y los rincones del sueño
¡ay, mis sueños!
me fueron a traicionar.
III
Si el sueño fuera la muerte
¡ay, la muerte!,
yo me quisiera morir
es preferible ese sueño
que despertarme sin ti.
Te estoy soñando y queriendo
y viene mi amor detrás
por los rincones del sueño,
¡ay, mis sueños!
con una espada “clavá”.
IV
La culpa de esta condena
¡ay, condena!
la tiene mi corazón…
que se quedó roto el día
en que dijiste que no.
Por eso para quererte
me tengo que conformar
con los rincones del sueño
¡ay, mis sueños!
de donde nunca te vas.
YO SOY ROCIERO
I
De las cosas del Rocío,
¡qué me puedes tú decir!
si yo soy más rociero
que el Puente del Ajolí...
II
De las noches de Palacio,
¡qué me puedes tú contar!,
si yo soy más rociero
que una Salve en la “pará”...
III
No me cuentes del Rosario,
de la Misa y el fervor,
que yo soy más rociero
que la flauta y el tambor...
IV
No me hables de emociones
del lunes de “madrugá”,
que yo me salto la reja
como un almonteño más.
Estribillo:
El Rocío es mi camino
rociero como el Quema,
como la Raya y los pinos...
Y mientras mi Virgen quiera,
rociero es mi destino.
AMAPOLA
I
El cerrado de Peroles
de la marisma bandera,
donde nacen los amores
de las niñas cortijeras.
Piropos tempranos
buscan los pinares,
cuando se acolleran
los patos reales.
II
Por la marisma de Hinojos
galopo con mi caballo,
mi caballo el marismeño
el que corre más que un rayo.
Sangran mis espuelas
y sudan las riendas,
porque en el sombrajo
me espera mi dueña.
III
Por la veta de la arena
me esperan siete suspiros,
siete toritos de pena
que se batirán conmigo.
Peinaron la cola
dos finos puñales,
igual que las olas
en los temporales.
IV
¡Ay, Caño del Guadiamar,
manantial de la alegría!...
donde me pongo a pescar
luceros de amanecía.
Brillan los albures
como las estrellas,
y velan mis sueños:
relente y candela.
Estribillo:
En el trigo la amapola...
Pero aquí no eres la misma...
¡Amapola!.
La que nace en la marisma
presume de gran señora.
EL GRAN PODER VINO A VERLE
I
Esta historia que cuento, es de un hombre
que, perdido en el mar de la fe,
un mal día juró por su nombre
nunca más visitar al Gran Poder...
II
Nadie sabe muy bien, qué motivos
a ese hombre le hicieron cambiar
y olvidarse, tal vez, que de niño
era miembro de aquella hermandad...
III
Nunca más regresó a San Lorenzo
nunca más visitó al Gran Poder,
ese hombre olvidó con el tiempo
a ese niño que cofrade fue...
IV
Nadie explica, por qué aquella tarde
que la lluvia obligó a la Hermandad
a buscar un refugio a la imagen
coincidiera que fuera su portal...
Estribillo:
Pero, aquel atardecer
volvió de nuevo a creer,
al contemplar en su puerta
-Jesús con la Cruz a cuestas-
su Cristo del Gran Poder.
LA ABUELA ROCIERA
I
La abuela viene este año
muy sola por las arenas.
La de la alegre sonrisa,
la de las ganas de juerga;
se le fue su compañero
a las marismas eternas.
II
Llevaba para ayudarse
una vara del camino,
enaguas con dos volantes
y un mantoncillo “pal” frío
la pena de su semblante
y una estampa del Rocío.
III
A solas con su recuerdo
la abuela va caminando.
Cubría con un pañuelo
su pelo ya casi blanco
del polvo de los senderos
y del paso de los años.
IV
¡Ay!, cómo echamos de menos
la gracia de sus cantares.
No toca la pandereta
ni baila por los pinares;
que la abuela sólo encuentra
momentos para rezarle.
Estribillo:
Pero lo abuela
con la mirada “perdía”
entre los cielos y la tierra…
sigue dejando su fe
en la senda marismeña.
Y... POR SEVILLA ME MUERO
I
Yo que he “tenío” la suerte
de haber “nacío” en Sevilla.
La tengo anclada en mi mente
lo mismo que una barquilla
que acaricia la corriente
y se mece en sus orillas.
II
A mí me gusta Triana
con sus balcones “floríos”.
Y con la luna me asomo
por sus rincones sombríos
a ver la Torre del Oro
reflejándose en el río.
III
Me gusta ver la Giralda
en el azul de su cielo.
Y una faena con arte
sobre el amarillo albero
en una tarde de feria,
¡la mejor del mundo entero!.
IV
Cómo me duele tu pena
la noche del Jueves Santo.
Tu Macarena morena
y ese Cristo agonizado
yo que he “nacío” en Sevilla
con ella vivo soñando.
Estribillo
La quiero,
porque es mi risa y mi llanto
y aunque no sea el primero…
me embrujaron sus encantos
y… por Sevilla me muero.
ES MI AMIGO
I
Tus ojos me buscan
en la reunión
y en ellos me ocultas
mensajes de amor...
II
Por qué me provocas
si sabes muy bien
que es mi amigo
y nunca lo traicionaré...
III
En todo momento
buscas la ocasión,
por ver si me pierdo
en tu tentación...
IV
Si ya no lo quieres
dile la verdad
pero nunca juegues
con nuestra amistad...
Estribillo:
Es mi amigo,
sabes que es mi amigo,
comprende tu error,
que no va conmigo
tu provocación.
CUANDO SE VIENE DE VUELTA
I
Esa tristeza que entra
cuando se acaba el Rocío.
Cuando se viene de vuelta
por la arena pensativo,
y vas echando la cuenta
para el próximo camino…
II
Esa marisma desierta
…y esos pinares sombríos.
Y esa raya polvorienta
que se queda en el olvido
y vas echando la cuenta
para el próximo camino.
III
Esas pisadas tan lentas
que se dejan en el camino.
Las va borrando la brisa
suspirando entre los pinos,
y vas echando la cuenta
para el próximo camino.
IV
Esa gente que le rezan,
esos buenos peregrinos…
los que nunca se separan
del Simpecado Divino,
y van echando la cuenta
para el próximo camino.
Estribillo:
Ni la guitarra me alegra
ni las voces del boyero
ni el crujir de las carretas…
¡ay! qué triste es el Camino
cuando se viene de vuelta.
AMIGO CAMIONERO
I
Camionero, camionero,
tú que vas siempre delante,
la vista en la carretera,
y el corazón al volante.
II
Camionero, amigo mío,
tu vida siempre rodando,
con la lluvia y con el frío,
con el tiempo bueno y malo.
III
Tu comida, cualquier venta,
tu descanso, en cualquier parte,
siempre esclavo de la ruta,
siempre esclavo, del volante.
IV
Camionero, amigo mío
compañero del asfalto,
cuando me encuentro contigo
siempre amable me das paso.
Estribillo:
Y una radio te acompaña
la soledad del camino
…y una estampa de tu Virgen
y el retrato de tus hijos.
