EPs:

Las llanuras ardientes de la marisma Lejos de Sevilla Esa huella que deja el amor La Puebla rociera
Triana y su calle del Betis La playa de la Higuerita Sueño de amor marinero Juglares de Andalucía
Tu llegua y mi caballo Cuatro esquinas de mi tierra Cárdeno como las nubes El porqué, el motivo y la razón

CRÉDITOS:

Guitarras:

Manolo Sanlucar

Félix de Utrera

Arreglos y dirección musical:

Jesús Glück

LETRAS:

 

LAS LLANURAS ARDIENTES DE LA MARISMA

I
La llanuras ardientes
de la marisma.
El ganado retinto
con paso lento,
se acerca hasta el arroyo
que está sediento.

Seco está el monte bajo,
seco está el río,
los pastos del invierno
ya se han perdío.
II
El fuego del verano
viene cayendo.
El pinar se recuesta,
se está durmiendo.

Al silencio profundo
del mediodía,
le ha puesto una cigarra
su melodía.
III
Tormenta de verano
el trueno canta,
se enciende la arboleda
con luces blancas.

El peligro del rayo
va por el aire,
el ciervo sale huyendo
de los pinares.
IV
La recua polvorienta
cruzando el coto.
Al filo de las madres
vienen los potros…

Galopar marismeño,
nubes de arena.
A la grupa del viento
la tarde llega.

TRIANA Y SU CALLE DEL BETIS

I
Compañera del río
calle del Betis,
pespunte de faroles…
blanca ribera,
orilla de suspiros
más trianera.

Se van los novios,
a la calle del Betis
se van los novios…
a soñar caminitos
del matrimonio.
II
Por el puente Triana
abriendo el día,
se escaparon dos toros
de una corrida.

Pepa María
“Arrecoge” los niños,
¡vete a tu casa!,
que a ti los Sanfermines
no te hacen gracia…

Cierra el postigo,
con la tranca más fuerte,
cierra el postigo.
Que los toros cuatreños
no son amigos.
III
Caminito de espinas
tienes delante.
Tu novio no es el mismo,
no es el de antes.
Se le ha apagado
la llama del cariño...
señal de que no estaba
“mu” enamorao.

Esos amores.
mal caminito llevan
esos amores
cuando empiezan a darte
pares y nones.
IV
Tesoro de Sevilla
son sus mujeres
manojitos de flores
que más se quieren…
Con quince abriles
mocitas de mi barrio
con quince abriles
que alegra los pesares
de quien la mire.

Derrama en sus andares
un movimiento
que hasta me quita el miedo
del casamiento.

TU YEGUA Y MI CABALLO

I
Mi caballo lo ha sentido
lo mismo que una persona.
Al ver su grupa vacía
cosa que no te perdona.

Como yo te he “perdonao”
el que tú hayas “decidío”
buscarte otras amistades
de más largos apellidos.
II
Ponle a esa yegua castaña
falsa rienda y la serreta,
a ver si prueba el castigo
y aprende a quedarse quieta.

Con esa hembra orgullosa
que no admite la montura
si quieres sacar partido
trátala con mano dura.
III
Si la yegua no se doma
es por culpa del jinete…
por dura que sea una hembra
por la vereda se mete.

Lo que hace falta es que note
que es un hombre el que la lleva
y por mucho que se empeñe
no va a ser lo que ella quiera.
IV
Era una potra salvaje
de los campos de Sevilla.
Y no había un “yegüerizo”
que le pusiera la silla
y no había un “yegüerizo”
que le pusiera la silla.

Sin espuelas y sin doma
los años se le han pasado
ahora es un desecho más
de las ferias del ganado.

CÁRDENO COMO LAS NUBES

I
Toro que tiene el pelo
color de la mala suerte.
Dile adiós a la dehesa
que estás condenao a muerte.

Aunque huele a primavera
la tarde tiene mal fario
que han firmado tu sentencia
ganadero y empresario.
II
Semental de nueve años
padre de toritos fieros.
A los hijos de guajiros
no los quieren los toreros.

A esta tierra de Sevilla
a los toros que se crían
en el “cerrao” del pinar
hay que echarle de comer
aparte de los demás
III
Un torero sin cartel
en una Plaza de pueblo.
Le sueltan un toro en puntas
sabiendo latín y griego.

Sin Padrino y sin fortuna
sin Padrino y sin fortuna
no sirve el arte “pa na”.
los toros que otros no quieren
él los tiene que matar.
IV
Cárdeno como las nubes
un torito desarmado.
Porque negros intereses
los cuernos le han “afeitao”.

Maldito sea el cajón
el serrucho y las dos manos
que le robaron las armas
a ese toro tan serrano.

LEJOS DE SEVILLA

I
Lejos de Sevilla fui
buscando nuevas fortunas.
Las maravillas del mundo
fui siguiendo una por una.
Pero no encontré ninguna
torre como la Giralda,
ni jardines como el parque,
ni un sitio como el Alcázar.

Ni tampoco llegué a ver
un rosario de alegrías
como el que nace en tu feria
Sevilla del alma mía.
II
Desterrarme de Sevilla
la peor de las condenas.
Qué pobres las alegrías
viviendo con esa pena.
De qué sirven los tesoros
viviendo lejos de ti…
Triana novia de un río
que llaman Guadalquivir.

Sueño una novia en Sevilla
que me quiera y que me espere
la que me haga olvidarme
del resto de las mujeres.
III
No me llamen andaluz
ni tampoco exagerado,
lo que pasa es que yo estoy
de mi tierra enamorado.
Cuanto más lejos me voy
de mi Sevilla y mi gente,
más dentro del alma quedan,
y más las tengo presentes.

Podrá tener sus defectos,
esta tierra de María,
pero lo sientan señores…
la quiero porque es la mía.
IV
Necesidad de Sevilla
En mi cuerpo la he sentido.
Al respirar cada día
un aire que no es el mío.
Al asomarse a los ríos
sin ver la torre del oro,
y las plazas sin albero
Donde se mueran los toros.

Entrar en la iglesia a rezar
y no ver a la Macarena.
Y es que al faltarme Sevilla
me sobra la tierra entera

CUATRO ESQUINAS DE MI TIERRA

“Arrecógete” perdiz
que se levanta la veda.
que van “pa” los Calamorros
cazadores de primera.

Vete pronto del Alósno
del Andévalo y sus sierras
de las piezas que se cobren
que no seas tú la primera…

Antes que el día se ponga
con manto de luces nuevas,
“arrecógete” perdiz,
que se levanta la veda.
II
Media noche en la dehesa
candela en el caserío.
Soñando con las perdices
la escopeta se ha dormido.
Pastores los del Alósno
con zamarra de cordero.
Al compás de pandereta,
nace el fandango alosnero.

Las llamaditas se duerme
envuelta en la noche fría
duérmete tú cazador
mañana será otro día.
III
Viento de la serranía
que la flor de jara besa.
Espera en su santuario
la Virgen de la Cabeza.
Ni arena tienen los mares
ni estrellas tienen los cielos,
si se comparan Señora
con lo mucho que te quiero.

Las señales del invierno
las borra la primavera
como tu me borras Madre
las señales de mis penas.
IV
En un patio cordobés
hay claveles prisioneros.
Que están cumpliendo condena
sin saber qué es lo que hicieron.
En un patio cordobés
hay una rosa morena
que ni Romero de Torres
podría pintarle sus penas.

Vendrán las cruces de mayo
a cantar la primavera
y la flor de mi cariño
me la tendrán prisionera.

SUEÑO DE AMOR MARINERO

I
El niño que tú querías
anda perdido en los mares.
Buscándole a tu persona
un tesoro de corales.
Escríbele al marinero…
en el papel de la espuma
con la tinta de los cielos.

Y que tu carta le llegue
entre los dedos del viento
cuando menos se lo espere.
II
Mi barca sabe un camino
hecho con agua de mar.
Por donde cada mañana
se va solita a pescar.
Navegando entre dos mares
con el levante a la espalda
yo no me acuerdo de nadie…

Que no merece la pena
acordarse de lo malo
habiendo cositas buenas.
III
Esperando la marea
está mi barco en la barra.
El candil de los amores
se me enciende y se me apaga.
En la noche marinera
voy a regalarle un hijo
a la mujer que me espera.

Roca fuerte de mis playas
un hijo que le acompañe
cuando mi barco se vaya.
IV
Marinero de agua dulce
no te vayas a la mar.
Porque tu barca no sabe
lo malo del temporal.
Quédate entre dos orillas
mirando a un lado, Triana
mirando al otro, Sevilla.

Ni más faro ni más guía
que esa estrella sevillana
que te da los buenos días.

ESA HUELLA QUE DEJA EL AMOR

I
Tu rosal…
que el viento del invierno deshojó.
Las flores que en un tiempo quise yo
¿dónde están?...

Al final,
sólo quedan espinas de un adiós
¡falsedad!.
II
Dónde vas
tan sola por la senda del querer.
no pienses que aquel tiempo que se fue
volverá…
Tu ilusión,
el primer desengaño de volar
¡se llevó!.
III
Corazón
no llores ni te acuerdes del ayer.
Que llorando no puedes consolar
tu dolor…

Soledad
a tus brazos tan fríos vengo yo
¡a olvidar!,
IV
No hay amor
que el tiempo no se encargue de borrar.
la huella de tu alegre juventud
se borró…

La lección,
se aprende y no se acaba de aprender
¡del amor!.

EL PORQUÉ, EL MOTIVO Y LA RAZÓN

I
Yo he visto una Andalucía
vestida de rociera.
Enterrándose en el fuego
de aquellos bancos de arena.
Polvo y sudor del camino
castigando las carretas.
II
Prefiere malos caminos
teniendo una carretera.
Al relente de los campos
pasar las noches enteras.
Prefiere contar los días
haciendo larga la espera…
III
Esa marisma tan larga
donde la vista se pierde.
Donde la fe rociera,
con la esperanza se enciende.
Donde soñaron quedarse
los rocieros de siempre
IV
No sabes decirle adiós
no sabes volver la espalda.
Rociero tú que el lunes
no te cansas de mirarla.
Quién pudiera echar raíces
en la puerta de su casa…

Estribillo:
No preguntes el porqué,
ni motivos, ni razón…
Que las cosas del Rocío
no tienen explicación.

 

JUGLARES DE ANDALUCÍA

I
Juglares de Andalucía
que cantan de juerga en juerga.
Y cambiaron sus romances
por soleá trianera.
Que se rompan viejos yugos
y levanten la cabeza.
Que no compren ese arte,
aquellos que no lo aprecian.

Juglares de Andalucía
raza que nunca se pierda
que no se vendan baratos
los tesoros de mi tierra.
II
Soy compañero del monte
hermano de las veredas.
Soy amigo de las fuentes
que siempre dan agua nueva.
Tengo amores en el campo
de los que no dejan huella
novio de todas las flores
amante de alguna estrella…

Alma de cañaverales,
yo me olvido en las riberas…
de aquellos falsos amigos
y gente que no es sincera.
III
En el cruce del camino
que nadie ponga letreros.
Para que todo el que pase
se vuelva un aventurero.
Qué más da un sitio que otro
un sendero, otro sendero…
si cada uno lleva escrito
el sitio “pa” donde iremos.

Nadie sabe adónde va
ni el color de su destino
que nadie ponga letreros
en el cruce del camino.
IV
No dejes pasar la vida
sin declarar tus amores.
Que por bueno que sea el año
si no siembras no recoges…
no dejes pasar la vida,
sin decirle que la quieres,
aunque digan lo que es bueno
descubrirse a las mujeres.

Pero guarda el desengaño
donde nadie te lo vea
que a la gente no le importa
si era falsa la moneda.

LA PLAYA DE LA HIGUERITA

I
La playa de la Higuerita
estaba sola y callada.
La media tarde caía
el viento se levantaba.
Testigos fueron las olas,
pespunte de espuma clara…
y testigo fue la arena
que te pinchaba en la cara.

Testigos de aquel momento
cuando en tus ojos brillaba,
una tarde que se iba y
un amor que se quedaba.
II
La playa de la Higuerita
tiene una torre inclinada.
Enamorada del mar
que en sus crecidas la abraza.
Cuenta y dice la leyenda
que la torre está embrujada,
y el que de noche la besa
en el amor no fracasa.

Anoche bajé a la playa
envuelto en la luna clara,
yo quise probar fortuna
pensando en ti la besaba.
III
La playa de la Higuerita
cubierta de madrugada.
Arropaba los amores
que la noche me brindaba.
Yo te regalé un lucero
en pago de tus miradas
a cambio de mis promesas
no quisiste darme nada…

Porque la aurora venía
la niña no se fiaba
de las promesas de amores
que nacen de madrugada.
IV
La playa de la Higuerita
andaba la primavera.
Que pintaba los pinares
al borde de las arenas.
La brisa de mar adentro
sopló tirando mis velas,
el amor que nunca fue
el beso que nunca diera…

No sé quién tuvo la culpa
si el mar, el viento o la vela
las olas besan la playa
después se olvidan de ella.

LA PUEBLA ROCIERA

I
Ay, cigüeña tú que sabes
medir la altura del cielo.
Despiértame a las estrellas
del camino rociero.

Cuatro garrochas de sol
alumbrando mis sentíos
desde Tornero a Palacio
desde Palacio al Rocío.
II
Ya se despierta Tornero
y se abre la amapola.
Y se tiñen las carretas
con las luces de la aurora.

Ya se va Puebla del Río
soñando con el Rocío
el sábado por la tarde
cuando por la oscurecía
se posan las hermandades.
III
En la mitad del camino
se despiertan las guitarras.
Y los cantes de la Puebla
riegan la marisma llana.

Yo quiero ser caminante
por los azules senderos
y atravesar algún día
el cancelín de los cielos.
IV
Cómo se ha puesto de lirios
ese profundo pinar.
Cuando ha visto que la Puebla
por su vera va a pasar.

Este año los Romeros
con todos su chiquillos vienen
“pa” enseñarles ese camino
que los rocieros tienen.